Hay dos historias (si podemos llamarlas así) que creo, todos conocemos. Nos las cuentan de chicos, las escuchamos mil veces de grandes y las resignificamos infinitas veces a lo largo de nuestras vidas.
Primero está el vaso, el mágico vaso que está por la mitad y podemos elegir verlo medio lleno o medio vacío, representando la mirada optimista o pesimista sobre una misma realidad.
Después están los lobos, la famosa guerra entre dos lobos en el interior del hombre, uno representando todo lo negativo y otro todo lo positivo y gana aquel al que mas alimentemos. Una vez mas representando el optimismo contra el pesimismo y haciendo una sugerencia de que mientras mas lo alimentamos mas crece y mas predominante se vuelve ante cualquier aparición de su opuesto.
Hoy creo encontrarme en un punto de mi vida donde éstas dos historias se vuelven mas lúcidas que nunca, siento que llevo años enfrentando la vida en dos carriles completamente opuestos, avanzando lleno de miedo, dudas y una sensación de que nada vale la pena, donde me abruma la depresión y no hay terapia y psicofármacos que me alcancen para poder realizar las acciones mas minúsculas de mi cotidiano o avanzando lleno de esperanza, alegría y certezas con una sensación de que nada puede salir mal y donde me abruma la felicidad sin necesidad de nada mas que lo que me rodea para seguir dándome impulso y cumplir con todas mis metas por mas sacrificio que sea necesario realizar.
Hay veces donde realmente me siento solo, deprimido, triste, sin ganas, sin fuerzas, donde no importa lo que me digan solo quiero dejar todo atrás y morir, me cuesta incluso levantarme de la cama, me acuesto llorando o gritando y pataleando hasta el cansancio, no le encuentro sentido a nada y todo me supera, estoy enojado y nada me llena. Lo único que conozco en esos momentos es la desesperación total y un vacío existencial como pocas veces enfrentamos, es frío y lleno de miedo, es odioso y asusta tanto que duele, mas que cualquier dolor físico que alguna vez haya sufrido.
Pero también hay veces donde realmente me siento acompañado, fuerte, afortunado y con ganas de emprender vuelo hacia donde sea, lleno de amor para dar, con una sonrisa que no me la borra nada ni nadie, duermo como un bebé, me despierto ansioso de todo lo que puede llegar a pasar y no pensando en que momento se termina todo. Quiero crear, generar, dar y ver hasta donde se puede llegar con tanta energía, no le tengo miedo a nada y la palabra imposible no existe mas que como una definición de diccionario inútil porque puedo todo.
Yo sé que todo ésto es mental, pero se reproduce en el cuerpo y el entorno como una enfermedad, en los malos días la gente me rehuye casi tanto como yo a ella, no logro nada bueno, tengo miedo todo el tiempo de todo, estoy cansado, casi agotado como si no hubiera dormido en una semana, me enfermo realmente, me pasan mil cosas en el cuerpo de las que no puedo dejar de estar pendiente, sin ir mas lejos tengo una hernia hiatal que me mata de acidez coma o no coma y cuando estoy bien, ni siquiera me acuerdo de que existe. Puedo comerme una vaca llena de picante y no me entero de nada, cero repercución a diferencia de cuando estoy mal y fumar un solo cigarrillo me da náuseas.
En mis buenos días la gente me sonríe, me tratan bien, no temo ni pienso en nada negativo, estoy lleno de energía y no recuerdo si tengo o no problemas de columna, acidez o de ningún tipo, corro dos cuadras con un pucho en la boca y recupero el aliento como un campeón. Hablo con todos y no me repregunto nada, avanzo sin mirar atrás y sin temor a lo que está adelante con ansias de mas y me acuesto sin miedo a morirme ni no despertarme, duermo tranquilo, en paz.
El punto es que hay moméntos específicos en los cuales UNO ESTÁ MAL o ESTÁ BIEN y en esos momentos es fácil dejarse llevar completamente por como se siente, cuando acabás de conocer una mujer que te encanta, congenian, están viendo paso a paso como van las cosas, estás tan arriba del caballo que salís a cabalgar por todos los demás aspectos de tu vida con una energía que se lleva todo puesto y no hay mal que por bien no venga pero cuando tu mejor amigo de años se pelea con vos y tenés que enfrentar no volver a verlo cuando hace nueve años no pasaban mas de una semana sin hablarse, es fácil acordarse de todas las otras personas en tu vida con las que cortaste contácto por algún motivo, recordar los moméntos difíciles de la infancia hasta recordar los difuntos y llorar, deprimirse, porque ¿Qué sentido tiene todo?
El problema son los intermedios, en el auge de la canción o en su punto mas bajo, dejarse llevar es casi una cuestión de inercia pero cuando no hay suficiente ahí para que te empuje (para arriba o para abajo) ¿En dónde estamos? ¿A dónde vamos?
Las buenas noticias abundan en todas partes y las malas también, sin algo predominante que nos robe la atención, cuando la mente anda suelta por ahí ¿En qué se engancha?
Hace poco me di cuenta que normalmente me engancho con lo negativo, mucho. Cuando estoy aburrido, cuando tengo tiempo al pedo para pensar en cosas, quiero hablar con gente y no están conectados o muero por salir pero no es una hora donde me van a decir "si dale!" empiezo a dar vueltas en círculos para abajo, pensando en que no tengo a nadie como hace un tiempo tenía, en todos los que me cagaron, en todos los que se fueron, en todos los que me hubiera encantado que estuvieran y mil etcéteras, me deprimo con una facilidad enorme y me dejo llevar por eso tanto que después todo es negativo. Hasta que pasa algo que me la sube, me devuelve toda esa energía y cuando llego al punto mas alto si nada me sostiene me vengo abajo por completo hasta el fondo mas oscuro.
Tengo mil cosas por las que llorar, tengo mil cosas por las que deprimirme, tuve mucha gente de mierda alrededor y la sigo teniendo, tengo casi los mismos motivos que todos para vivir en depresión y capaz que mas también, pero ¿Lo vale?
No creo que ninguna manera de vivir sea "errónea", son todas personales, pero ¿Me sirve? ¿Me es útil vivir enganchado en tanta miseria? ¿Deprimirme siempre? ¿Negatividad por sobre todo TODO?
El tiempo que sufrí de hipomanía (googlealo, me da paja explicar) aprendí que era mucho mejor un gris, una linea recta, que un blanco y negro constante por mas hermoso que fuera el blanco. Aprendí que la estabilidad es algo agradable y que particularmente yo necesito tener mi mente ocupada casi al 100% para que no me pasen éstas cosas de engancharme demasiado en algo, porque genero una fijación morbosa que me destruye. Es bueno conocerse a uno mismo, yo sé que en éste momento me está pasando, de hecho escribo ésto como una suerte de "elegí un camino" vivir deprimido o vivir viendo las cosas de forma mas optimista. Lo estoy escribiendo porque hace semanas que me broto de alergia, me duele la panza, me mata la acidez, duermo como el orto y no puedo dejar de lado mi fijación con lo negativo al punto donde TODO es un problema o TODO me molesta o TODO me duele o TODO me altera.
Acá es donde vuelven las dos historias que nos contaron toda la vida. Le dí tanto de comer a un lobo que se volvió enorme, ahora la mayor alegría no es nada comparada con la angustia que llevo adentro y si sigo dandole de comer, cada vez siento menos alegría, menos esperanza, menos placer y sufro mas, me angustio mas, me deprimo mas rápido.
Necesito darle de comer al otro lobo pero no para que sea enorme como éste y se lo coma por completo, no es sano tampoco ser feliz eternamente. No quiero 90% 10% quiero 50% 50%, un equilibrio de verdad, sanidad emocional, mental y física.
Porque la historia del vaso le da más sentido todavía a la de los lobos, hay una sola cosa que ocupa la mitad del vaso y no sabemos si lo llenaron por la mitad o lo vaciaron por la mitad, disfrutamos lo que queda o reclamamos lo que falta, pero si nos pasamos la vida reclamando lo que falta y en realidad no había nada ¿No habría que pasarse la vida agradeciendo lo que nos dieron? Por otro lado, sin el vaso no hay forma de medir mitad y mitad ¿El vaso no es en parte la otra mitad?
Si los dos lobos nacieron adentro nuestro ¿Puede realmente uno desaparecer al otro? ¿Acaso no pelean por poder? Podríamos ejercer un poco de socialismo espiritual y darles el mismo poder tomando turnos para ejercer su autoridad, a veces nos gana la depre, a veces nos gana la felicidad pero nunca es permanente. Sabemos que por cada lobo oscuro que nos marca el camino, atrás lo sigue un lobo blanco dispuesto a tomar las riendas en cuanto sea necesario.
Si, mi historia es mía y no se va a ir a ningún lado. Si, a veces es mas fácil acordarse de toda la mierda y ahogarse en un vaso de agua. Si, a veces es fácil preocuparse por todo lo que me pasa y no tener ganas de cambiar nada.
Pero si, a veces es fácil acordarse de todo lo bueno y sentir que podemos todo. Si, a veces es fácil no preocuparse por nada y esforzarse por cambiar las cosas.
Y si, no quiero apuntar a ser feliz, no quiero apuntar a estar bien siempre, quiero apuntar al equilibrio.
Quiero apuntar a no pasarme una semana destruido y otra juntando los pedazos para la próxima dármela contra todo sintiéndome invencible.
Quiero apuntar a estar entero todo el tiempo atravesando lo malo y lo bueno con la misma cara, porque todos hablan de ser héroes o villanos, nadie habla de ser un ciudadano ordinario y quizás eso sea lo mas difícil, porque los héroes tienen poderes y cosas que proteger, los villanos también tienen poderes y cosas que destruir pero la gente ordinaria tiene cosas que quiere proteger y cosas que quiere destruir sin ningún tipo de poder mas que su voluntad.
Superman puede volar y destruir edificios de un golpe y por eso no entiende nunca lo que significa para nosotros subirse a un avión y cruzar el cielo sintiendo como tu alma resona con la historia de miles que alguna vez soñaron con hacer eso y murieron en el intento, no entiende lo que es estar en el techo de un piso treinta sintiendo toneládas de esfuerzo que alguna vez fueron un plano y antes que eso una idea. Superman no entiende nada porque es un alien y acá para entender hay que sentir y para sentir hay que ser humano. (Todos los animales sienten pero estoy escribiendo sobre personas, no se ofendan lectores veggies).
No sé, estoy un poco cansado de luchar contra mí mismo, contra mi pesimismo y mi optimismo, que por algo terminan en "mismo" porque depende de cada uno darle significado.
Yo solo sé que quiero vivir mas tranquilo, sin tantos problemas o soluciones en mi cabeza, mi trabajo me enseña cada vez mas día a día a ser resolutivo y enfrentar las cosas como van llegando.
Antes me estresaba porque no sabía CUANTOS quilombos me iba a fumar en un día, ahora estoy relax y cuando llega un quilombo veo como lo enfrento y si no llega nunca ni me entero porque no lo estoy esperando, estoy a la espera de lo que llegue.
Si salgo a buscar algo, en el camino hago lo que me pinte con lo que va apareciendo y si eso significa que me desvío y nunca llego a donde quería, si eso significa que cambio de parecer y decido ir por otra cosa, que así sea, que las cosas empiecen como tengan que empezar y terminen como tengan que terminar, porque así siempre fue la vida y no lo decidí yo ni tampoco lo puedo cambiar, la clave de la supervivencia es la adaptación.
Adaptemos.
Equilibremos.
Vivamos.
No quiero mas extremos y son mi problema principal, necesito luchar para quedarme en el medio y no importa cuanto tenga que luchar, voy a dar la pelea necesaria porque estoy cansado de subirme al pony y cabalgar hasta terminar en el piso. Quiero ir a pié, a mi ritmo, sin tantas subidas y bajadas, las montañas rusas estaban buenas a los quince, quiero estabilidad, aunque todavía me falte para los treinta.
De a poco, despacio, llegaremos, sin irnos tanto, si me paso ayudenme a frenar, si me tardo, empújenme un poco, porque están ahí y yo los necesito, porque nos queremos y por eso se los agradezco.
Adieu!
M.C.
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