viernes, 22 de mayo de 2015

Cicatrices de un juguete roto

Todavía recuperandome de una gripe no pude evitar pensar en cada momento: "Uno siempre dice que pase lo que pase se va a mantener firme en sus convicciones, en sus ideas, en su pasión por la supervivencia, etcs... pero de golpe una gripe te hace frenar la pelota y no te queda otra que toser y toser y toser y escupir y dormir, tomar medicamentos, descansar, no trabajar...." constantemente hay algo mas fuerte y lo que te sobrepasa te sobrepasa te guste o no, repetitivo como suene, cuando llega la muerte te lleva estés listo o no.
Caerse no es una opción, es una obligación. Levantarse sí es una opción y jamás nos levantamos de la misma manera, emergemos distintos lo reconozcamos o no, cada caída nos cambia.
Estamos en una constante evolución, no somos hoy lo que eramos ayer ni seremos mañana lo que fuimos hoy, hay gente que se levanta por un motivo y persigue sus objetivos hasta el final de la cuerda, algunos nos levantamos por inercia.
No me gusta el piso, es demasiado cómodo, podrías quedarte relamiendo tus heridas eternamente y nada cambiaría, ser el mismo juguete roto para toda la vida es una existencia desperdiciada, morir sin cicatrices carece de emoción.
Cuando era chico me gustaban las cosas nuevas, limpias y si algo se manchaba, se rayaba o se rompía sentía que ya no era lo mismo, me provocaba una tristeza profunda sentir que "ya está" se acabó la magia pero conforme fuí creciendo me dí cuenta de que la verdadera unicidad reside en esas cicatrices y no en la pulcridad.
Existen muchos juguetes iguales, manufacturados por la misma compañía, con los mismos razgos, pero solo exíste un juguete rayado en ese punto, por ese elemento, con ese color, con esa profundidad, desde exáctamente ese tiempo, son las cicatrices emocionales y físicas las que nos dan forma, la verdadera perfección es una suma de todas nuestras imperfecciones.
Tengo una cicatriz en la pierna, 10 centímetros de arriba para abajo formando un arco blanco que me va a acompañar por el resto de mi vida y me la hice de la forma mas imbécil posible, saltando en una cerca del jardín de mi colegio primario, pero es mía, atada a un recuerdo y una historia que permanece latente cada vez que la veo, sin embargo no tengo ningún recuerdo del resto de la pierna.
Para todo aquello que nos marca, pagamos un precio que no tiene olvido ni retorno, aprendamos o no, la experiencia en sí permanece con nosotros.
Quizás el ser humano como raza actúa como un virus en su medio ambiente, destruyendo y consumiendo todo a su paso porque inconicentemente conoce ésta verdad, que las marcas mas fuertes que dejamos son aquellas que dejan una cicatriz en donde se hallan y solo queremos dejar un recuerdo de que estuvimos acá.
Siempre me enorgullecí de las cicatrices que llevo, emocionales y físicas porque de todas aprendí algo y cuentan la historia de mis fracasos y triunfos, son lecciones de vida, maestras y alumnas de mi ser.
A veces me cuestiono, con mi ideología de vida, conciente siempre del final inminente, creyendo que todo es un juego y que nada vale la pena lo suficiente como para engancharse, amando lo efímero y abrazando el presente y los detalles: "¿Para qué me levanto?" la inercia es mas fuerte y me encuentro parado casi sin darme cuenta después de haberme caído, hoy estoy casi convencido, me levanto para cicatrizar, acostado nada se cura, descansando nada duele, muerto no hay problemas ni soluciones.
Me levanto para endurecer, me levanto para escribir la historia de mi última caída mientras me preparo para la siguiente, me levanto porque la vida es eso que pasa mientras te estas cayendo y levantando, me levanto porque quiero vivir de nuevo.
Me levanto porque es un orgullo tener cicatrices que mostrar.

Hace unos días pensaba en tres cosas a la vez:
- Que paja es conocer gente nueva y tener que "presentarse/explicarse/mostrarse" y a su vez conocer a alguien cuando con cada año que pasa hay que aprender veintipico de años de historia de golpe y contarle a otro otros veintipico de años de historia...


- Que difícil es mantenerse en contacto con todos los amigos/conocidos cuando realmente son muchos y tenes una relación con todos y cada uno de ellos muy personal.

- Quizás haya que estar rodeado para estar completamente solo, quizás haya que pertenecer para no sentirse parte y quizás, solo quizás, hay que amar de verdad para sentir verdadera indiferencia.

Respecto de lo primero, me maravilló una realidad, a veces sabés mucho, muchísimo de una persona y te das cuenta que en el año que la conocés todavía no sabes como se llama! Es cierto!! El nombre es lo de menos porque sinceramente "la identidad" no se construye desde ahí. "Quién sos" es una respuesta mucho mayor a "Misael Capria" en especial porque no es mi nombre completo asíque... sin embargo es imposible mostrarse por completo y mucho menos VER por completo al otro.
Mi única respuesta en éste caso es ser sincero, como siempre, frontal y absolutamente fiel a uno mismo, con el tiempo uno descubre que a la gente no le gusta SABER, le gusta interpretar.
La monalisa siempre fué la misma, pero a pesar de que todos miramos el mismo cuadro todos ven una versión diferente y personal.
Hay un "yo" por cada "vos" que me interpreta con sus limitaciones, lo único que puedo ser es el "yo" mas fiel a "mí" version de "yo" y soñar con que algún día me vas a ver en lugar de mirarme, vas a entender en lugar de asumir y vas a escuchar lo que digo y no el motivo porque lo digo.
Hasta la mejor canción hay que oirla mil veces para escucharla una.
Estamos acá, atrás del espejo, no reflejen lo propio, no miren, vean, vean mas allá, vean lo que de verdad reside adentro.

Enganchado a ésto, cuando me relaciono con alguien lo hago de la forma mas sincera posible y genera un lazo fuerte, al menos mas profundo que los lazos superficiales del día a día, la gente no me trata de la misma manera después de tener una conversación genuina conmigo.
Hay un antes y un después de conocerme un poco, quizás al tiempo esa primera impresión decaiga, haga o no yo algo para que suceda, pero mientras perdura las nuevas amistades y las viejas reclaman un poco de atención.
Quizás no mucha, pero me excede, cuando diez o doce personas, quince o veinte en una sola semana reclaman mi atención o mi prescencia es muy difícil estar para todos y no lo digo con ninguna clase de ego, "ay que popular él, pasión de multitudes!", nada mas lejos de la realidad porque sinceramente a veces no quiero ni ver a mis mejores amigos, me dicen "puedo ir a tu casa" y quiero prender fuego un edificio con tal de justificar un "NO".
Porque aprecio mi soledad en muchos MUCHOS momentos...
Siempre me sentí un incomprendido y sé el dolor, la soledad y la tristeza de estar completamente solo en una habitación llena de gente... hasta en una cama con alguien que te abraza y te dice que te ama, viendo ese abismo que nos separa a pesar de que nuestros ojos casi se tocan.
"No soy como vos" "no soy como uds." "nadie me entiende, dejenme solo" "sé que voy a pasar mi vida sin un alma que me entienda y eso me tortura, los odio por ser iguales y me odio por ser único"
Son las voces en mi mente que me nublan la visión, ego o no, existen desde que nací, me separan de uds. y me unen a mí.
No soy el mismo cuando estoy con uds y sé que muchos no son los mismo cuando están conmigo, siento que soy condimento, nadie me quiere solo y sin comida soy un desperdicio, los necesito y los quiero tanto como uds. a mi.
Ego, ego, ego... un egocéntrico perdido en su egoísmo.
Pero la realidad alimenta ese ego casi tanto como lo desinfla, no soy nadie, no soy nada, una pizca de un universo demasiado ámplio para comprenderlo y sentirme significante y sin embargo acá estoy, formando parte de un todo que me exije avanzar y crecer, formarme como ser humano y crear, crear, imaginar, vivir.
Que difícil es querer verlos a todos y no querer ver a ninguno, que difícil es sentirme importante y no sentirme nadie... lo que inevitablemente nos lleva a los opuestos:

Quizás haya que estar rodeado para saber lo que es la soledad, quizás anhelamos siempre lo que nos falta, queremos amigos cuando estamos solos y queremos estar solos cuando tenemos amigos y en ese ciclo de abandono y compañía nos movemos hacia el infinito queriendo serlo todo y no queriendo ser nada.
Pérdia y ganancia, entrega y sacrificio, dolor y placer, vida y muerte, caerse y levantarse...
Pulcridad y Cicatrices.
Amor e indiferencia.
Ser y no ser.
Shakespeare y analfabetismo.
Respirar y ahogarse.
Nadar y hundirse.
Opuestos.
Complementarios.

Quiero ser juguete roto y sin empaque, sin hogar al que volver y sin lugar a donde ir.
Porque no perteneciendo a ningún sitio es probablemente la mejor manera de pertencer en todos.
Quiero dejar de querer dejar de querer querer.

Ciclos.
De una escritura a otra.
De un día a otro.
De un otro a otro otro.
Fluidez.

Mujer, si me das gana de vivir un día mas lo vivo enteramente para vos, pero solo un día, un día eterno que dure dos noches y tres atardeceres, porque finalizado el día vuelvo en mí y ese día será un recuerdo de todo aquello que pudo ser pero no nos alcanzó el tiempo para que sea.
Mañana no es de nadie, ayer fué tuyo y hoy, hoy es siempre mío.



Adieu!



M.C.

No hay comentarios:

Publicar un comentario