martes, 16 de junio de 2015

Libertad, Oportunidad y adiós por ahora.

Quería expresar una idea y no se me ocurría como, escribí casi dos hojas acá y borré todo porque una conversación por wapp con alguien me simplificó la vida.
Hablando acerca de la libertad y las elecciones, los condicionamientos y la filosofía que valida o niega el libre albedrío, me surgió una pregunta tan simple como compleja:
"¿Cuán libre es un perro hambriento de comer en un desierto rodeado de sal y arena?"
Lo que concluyó en una única respuesta donde no importa la fuerza de voluntad que mueva a un espíritu a avanzar hacia donde quiera dirigirse:

"Somos tan libres de elegir como nos los permite el entorno que nos rodea."
Incluso si elegimos una posibilidad inexistente, como "Comer" en un entorno sin comida, por mas libre que haya sido nuestra elección jamás vamos a verla concretada y así como la fábula de la zorra y las uvas o adaptamos nuestras elecciones a nuestra posibilidad de realizarlas resignando imposibles o nos encerramos en un capricho que no podemos cumplir estancandonos en la eternidad o hasta que nuestras posibilidades cambien.
Teniendo ésto mas en claro para poder avanzar en el punto que realmente me interesa, creo que si todos concebimos que nuestras elecciones deben generarse en un marco de coherencia entre nuestras posibilidades y nuestros deseos debemos ser altamente responsables con todo aquello que decidimos llevar a cabo.
Si por ejemplo, deseamos ejercitarnos mas, contemplamos la posibilidad de ir al gimnasio si nos lo permite la billetera, correr en parques o plazas si disponemos de ellos en la cercanía y el tiempo que podemos invertir para mantener una constancia. Para cada deseo se contemplan las posibilidades y se decide en base a eso, el perro en el desierto sin nada que comer por mucho que desee ingerir alimento tiene que aceptar la imposibilidad de hacerlo.
El deseo nace sin conocer límites ni posibilidades, es un deseo, es un querer, nuestra conciencia es quien conoce de límites e imposibilidades porque tiene que encajar en un entorno hostil, que no deja que hagamos todo lo que soñamos realidad, donde existe la competencia, la envidia y mil etcs.
Encajar lo abstracto en lo tangible, es nuestro desafío a la hora de hacer posible lo que deseamos.

Lo que me lleva a una situación muy poco agradable de la cual siento expresa necesidad de escribir para finalmente ponerle el punto a la I y ahorrar muchísima saliva si alguien mas me pregunta los motivos de mis decisiones.
Ser padre es una decisión, ahora, si después de que nació tu hijo/a no encontrás la manera o los huevos suficientes para sobreponerte a cada situación que enfrentes, si todo te supera, si te parece difícil, si no sabés que hacer, lamentablemente por mucha lástima que me des, los platos rotos los paga la criatura.
Tu vida no dejó de ser tuya pero tus acciones pasan a tener consecuencias sobre terceros y es algo que escapa a tu control.
Mi viejo nunca dejó de ser hijo, jamás en sus cuarenta y tantos años de vida pudo hacerse cargo de sus hijos como un padre mientras seguía siendo un mantenido por su madre y malcriado mas allá de su calidad como persona.
Todo lo que hizo por ser tan infantil, tan dañino con su personalidad mitómana y psicópata tuvo consecuencias para conmigo y mis hermanas, ya no se trata solo de él si no de sus hijos y es algo que jamás pudo comprender.
Un suicida que se mata y deja tres hijos a cargo de su madre, por mucho que matarse o no matarse sea una decisión que debe tomar él solo, tiene que contemplar a tres criaturas y no hacerlo habla de un egoísmo y una falta de interés profunda, a mi modo de verlo.
Es esa falta de interés la que está plasmada en todas tus acciones y lamento si no puedo verlo de otra manera.
Desde el día que nació tu hija sentí que no te importaba ella, que lo que te importaba era la relación con su madre y conforme avanzó el tiempo solo vi reforzados mis temores de que efectivamente era así.
Ahora estamos ante la situación que genera el quiebre entre vos y yo, tu palabra contra la suya y tristemente fui a tu casa, te miré a los ojos y después de nueve años de conocerte no te creo...
Pero mas allá de ésta situación específica, mas allá de todo, no creo que seas un padre ejemplar ni mucho menos y no puedo ni me corresponde adjudicarme el derecho de juzgarte como padre ni como persona, no soy quien para decir si sos o no buen padre, si te haces o no cargo de la manera correcta pero sí puedo y me siento en todo mi derecho de tomar mi visión de los hechos para decidir si quiero rodearme de alguien como vos en mi vida o no.
Ya que no te puedo decir o hacer entender lo que me pasa a mí, con mi historia personal cada vez que escucho o me entero de algo acerca de vos y tu hija o de su madre, de los niveles de enfermedad de ambos para con ambos y ella lo que sí puedo hacer es decidir no rodearme mas de ninguno aunque me cueste no verla nunca mas.
Soy mucho mas comprensivo de lo que a vos te parece, pero el viernes me di cuenta del entorno infantil que te rodea, del nivel al que están las personas que te aconsejan, que te consuelan y te escuchan, me di cuenta de a quien preferís escuchar lo que no me sorprende, uno siempre escucha la campana que mas le conviene a la hora de tomar decisiones pero fundamentalmente me dí cuenta de que no cambiaste un ápice en dos años y es algo que supera todo lo que puedo aguantar.
Yo no juzgo tu vida ni pongo la mía en la linea, no te digo "miráme a mí que soy un ejemplo" y en base a eso elegí hacerme caso o no, yo no te pido que actúes como yo ni que me pidas consejos o aceptes los que te doy sin tu pedido, no te pido nada porque siento que es hablarle al vacío.
Frustrado te miré a los ojos y te dije "madurá" pero es mas un deseo que un pedido genuino, fue un pensamiento en voz alta... no quiero ser mas parte de tu vida, me frustra, me altera, me deprime y me exige hacer la vista gorda en cosas que no puedo, que mi historia no lo permite.
Eras como mi hermano menor, son nueve largos años de tenerte al lado en todas, las negras, las blancas y las grises, son nueve años de crecer juntos, de avanzar codo a codo en todo, de entenderte sin que abras la boca y ser comprendido sin decir palabra, de saber con una mirada lo que no dicen mil palabras y decir con los ojos lo que no me da el aliento para expresar... te amo como el mejor amigo que has sido hasta éste momento pero hasta acá llega mi amor, por mucho que lo niegues y me pidas que te crea, por mucho que debería pensar: "es mi amigo, no tengo porqué dudar de él, si dice que no fué no fué..." siento que cruzaste un límite, que te fuiste a un lugar donde no te puedo alcanzar y a pesar de que ese debería ser mi pensamiento lo único que puedo pensar es: "no te creo...te miro a los ojos y no te creo... porque veo lo mismo que vi después de trece años cuando me senté en frente de mi viejo y me contó cualquier historia con tal de justificarse a él... veo una montaña de humo en una cabeza que tiene una confusión tremenda y una bola emocional en el pecho que no lo deja diferenciar lo que piensa de lo que pasa..."
Supongamos que la vida prueba que realmente no pasó, el hecho de que no te crea ¿no te habla de algo? podrás pensar que habla de que soy un amigo de mierda que no te bancó cuando debía, pero yo creo que habla de una pérdida de confianza, de una rotura en nuestro lazo, de una imposibilidad de ser amigos mas allá de lo que hubiera o no pasado acá o en un futuro.
Habla de un año sin hablar... habla de un año en el qué tus respuestas monosilábicas a todas mis preguntas ya no sé si reflejan esa capacidad de comprendernos a pesar de no hablar o una falta de ganas de incluirme en lo que te sucede...
Te alejaste tanto de mí que ya no se que pensar de vos excepto ésto:
No sos un buen padre ante mi mirada, nunca lo fuiste y con todo el dolor que implica ésta frase si llegas a leerla o preguntármelo a la cara no te puedo mentir mas, no puedo mirar para otro lado, no puedo decirte mas, sos joven, tenes todo por delante, podes cambiar si te esforzás y ser un padre ejemplar, un amigo ejemplar y quizás en unos años la vida nos reencuentre y podamos volver a tener algo parecido como amigos, podes cambiar todo tu presente y convertirlo en un pasado anecdótico del que te puedas llegar a reír pero ahora, así, no puedo ni dirigirte la palabra sin sentir que le estoy fallando a mis principios.
Toda la vida supe que tener convicciones me iba a costar mucha gente a lo largo del camino, la imposibilidad de ser parte de la vida de alguien que siento está cometiendo una suerte de abandono para con su hijo me cuesta tu amistad, una lástima pero duermo mas tranquilo con vos afuera de mi vida que adentro.
Nos rodean un montón de amigos en común, va a ser un pijazo pero me cueste lo que me cueste no voy a dar marcha atrás en lo que creo.
No sos el amigo que eras, no sos el padre que siento, podes ser y al mal amigo y al mal padre no quiero darles un lugar en mi vida.
Para los videojuegos y la gilada tengo miles, para lo que tenía con vos estabas vos solo...
Ahora estoy yo solo...
Me hago cargo total y completamente de cada palabra pronunciada y te las quise decir en la cara pero te encerraste en tu cuarto y me dejaste hablando solo, ojalá las leas, ojalá te duelan, ojalá me odies y con un poco de suerte ésto te mueva algo y ojalá sea para el bien de tu hija.
Porque es lo único que me importa, que tenga una familia que la críe para bien, lo mas unida posible por muy separados que estén, no quiero que nadie tenga que enfrentar las cosas que viví yo y que lamentablemente vos también y no voy a ser amigo de mi viejo.
No voy a reír y jugar con alguien que siento, mientras estamos boludeando no se está haciendo cargo de su hija y yo no soy padre, no te puedo decir QUE o COMO hacerlo pero si puedo decir que mientras la otra campana me indique que las cosas están como el orto y tu campana solo tenga para decirme que está todo bien sin mas comentarios, no quiero estar en el medio dudando sin poder confirmar nunca nada y si no tengo derecho a saber está perfecto, no tengo porque tenerlo pero no voy a elegir callar, prefiero irme por la puerta grande mientras tengo la oportunidad.
Hasta acá llegué y ningún amigo mío tiene el deber de informarme todo de su vida pero si por algún motivo me entero de algo y cuando decido confrontarlo no me cierra lo que escucho, estoy en todo mi derecho de decidir mantener o no una amistad con alguien incluso si es en base a una mentira o un error de interpretación, soy dueño de mis decisiones y las tomo conforme lo que creo poder o no aguantar, pero siempre me hago cargo.
No creo tener nada mas para decir y siempre estoy abierto al dialogo pase lo que pase con quien pase...








Adieu!



M.C.

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