Aquella majestuosa frase con que la cual se describe uno de los pesares mas profundos, dolorosos e inevitables de la vida, "La caída de los ídolos".
"Errar es humano" suele ser dicho en múltiples ocasiones y comprendido en muy pocas, llegar a comprender que no hay manual en la vida para tomar desiciones ni enfrentar situaciones tan específicas como las que se dan en el cotidiano y que a veces, la prueba y el error, es el único camino a seguir a riesgos de conseguir mas inciertos que aciertos y terminar con mas preguntas que respuestas.
Los humanos se equivocan y esos errores engloban a veces la vida de otros humanos, un error en las manos de un mecánico puede resultar en un accidente vial de la misma manera que un error en manos de un médico puede terminar con una vida de manera innecesaria. Sin ser tan cruel ni determinista, hay errores que no culminan en vida o muerte y sin embargo dejan marcas que el tiempo dificilmente borra.
No es errar lo que provoca el conflicto, ni reconocer el error ni arreglarlo. Esas tres cosas son el orden natural: Equivocarse, poder verlo, cambiarlo y aprender de ell o no poder verlo, ni cambiarlo ni aprender de ello y verse condenado a repetir el mismo error eternamente.
El conflicto aparece cuando no hay lugar para errores, cuando no se espera equivocarse, cuando se cree que uno u otra persona está libre de equivocaiones todo se torna gris ¿y acaso no todos cometemos ese gran error?
Todos somos hijos y no precisamente del rigor, nuestros padres son seres perfectos a nuestros ojos durante gran parte del tiempo que vivimos, ellos saben todo y son los únicos capaces de hacerlo todo.
Conforme vamos creciendo van perdiendo sus poderes mágicos, comienza un cambio en nuestra forma de concebirlos casi sin notarlo hasta que es tan grande la contradicción de lo que vemos con lo que creíamos ver que no nos queda otra salida mas que afrontarlo.
Éstos magos perfectos con todo el conocimiento y la experiencia del mundo en sus manos introducen nuestra mente vacía y ansiosa de aventuras en la vida misma y de su mano viajamos tratando de ser como ellos pero gradualmente mientras mas nos acercamos a su figura comenzamos a notar esas pequeñas imperfecciones, imperceptibles antes, a riesgo de convertirse en grandes grietas que deforman la figura hasta dejarla irreconocible, cuestionandonos constantemente: "¿Dónde está lo que ví en un primer momento?" "¿El oro se ha convertido en paja o he confundido el brillo del pajar con la solidez del metal?"
Los besos ya no curan las heridas, los abrazos no nos refugian del dolor del mundo, los consejos no solucionan los problemas y nuestros intereses ya no son los mismos.
Los vemos equivocarse, los desafiamos triunfantes y demostramos estar en lo correcto una y otra vez.
No requerimos mas de su aprobación, ahora los magos somos nosotros y no saben ni mas ni menos, aprendimos todo lo que podíamos y en condición de iguales pasamos a ser jueces de lo que han hecho con nostros y con ellos mismos sin saber que al convertirnos en verdugos no cortamos una cabeza si no dos y el dolor en el cuello lo notamos muy tarde, cuando ya no hay vuelta atras.
Caen los ídolos rendidos frente a nuestros ojos, el oro fue siempre paja y el paraíso un mero espejísmo en un desierto de incertidumbres como duele saber que no había magia ni magos, solo humanos y errores.
Como duele saber que atrás de cada consejo habia una experiencia equívoca previa y atrás de cada "hasta mañana" existía un padre con insomnio sin seguridad de que ese mañana llegara.
Como duele saber que atrás de cada sueño abandonado había un padre con miedo a dejarnos soñar.
Saber que en sus vidas no fuimos mas que otro prueba y error, sentirnos títeres de un titiritero inexperto empujandonos a nuestro destino sin saber como hacernos andar y libre de cuerdas hoy aprendimos ese paso torcido que nos pide volver a aprender a caminar.
Libres de cuerdas hoy nos duele ver que los ídolos los inventamos nosotros y siempre fueron seres humanos inevitablemente errados, doblemente condenados a enfrentar sus errores y los nuestros.
Como duele ver caer los ídolos, mientras mas grandes eran mas dolorosa es la caída y mientras mas perfectos eran mas imperfectos se vuelven, los mas bellos terminan siendo siempre, los mas horribles.
"Solo la verdad nos hará libres", saber de su humanidad nos hace concientes de la nuestra.
Saber que pueden errar, nos incita a aprender de sus errores.
Saber que pueden errar, nos incita a no repetirlos.
Saber que pueden errar, humaniza a santos y demonios.
Saber que pueden errar, nos incita a preguntarnos: "¿Dónde se equivocaron?"
Saber que errores cometieron, es un dulce puñal y cae la sangre lentamente con un suspiro gentil:
"No hagas lo mismo, la sangre es un círculo vicioso que se puede romper."
No somos nuestros padres, no somos su legado, no somos su herencia, somos nuevos, distintos, diferentes. Es nuestra responsabilidad luego de ver a los ídolos caer no cometer sus errores, no repetir sus pasados y salir de un circulo que se repite infinitamente mientras no aprendamos a cambiarlo.
M.C.
No hay comentarios:
Publicar un comentario