¿Quién no se ha preguntado en algún momento de su vida, cuándo iba a suceder un milagro que lo salve de todo?
Miramos al cielo, unos le rezan a su dios, otros a la vida misma o a un ser querido que ya no está entre los mortales. Quizás deberíamos bajar la mirada, las respuestas siempre están mas cerca de lo que uno cree, los milagros pasan todo el tiempo y están acá.
Un día pesado de trabajo, con una noche llena de promesas, un asado en una terraza, amigos, compañeros, cerveza, fernet, un poco de amor y música. ¿Acaso no es eso un milagro? Dicen por ahí que si nada nos salva de la muerte, que el amor nos salve de la vida.
¿No es un milagro, cualquier cosa que nos salve de aquello que nos asusta?
Un almuerzo rodeado de personas que te doblan en edad, discutiendo al mismo nivel, con las mismas inquietudes, la misma pasión: ¿Acaso no es eso un milagro?
¿Dónde está la vida que buscamos si no es exáctamente la que estamos viviendo?
¿De dónde vienen las respuestas si no es del mismo lugar de donde nacen las preguntas?
¿Podrá ser una pregunta al mismo tiempo una respuesta?
Cuando las preguntas aparecen todo parece temblar, como las sombras de una casa iluminada por las velas, nuevas formas aparecen y de repente, el mismo lugar parece otro.
Cuando hay mucha luz, no vemos las sombras, pero siempre podemos cerrar los ojos.
En la oscuridad, no vemos la luz, pero las cosas siempre están en el mismo lugar.
La mente nos juega trucos todo el tiempo, los que practican el auto-control pueden cantar retruco y cambiar todo a su favor.
¿Tiene sentido lo que escribo? ¿O el sentido está sujeto al lector? ¿Intento transmitir un mensaje? ¿O transmito lo que pienso y a cada quién le llega un relfejo de sus propias intenciones?
Me levanté preguntón, me agrada, me hace sentir como los chicos en la etapa del "¿Porqué?". Donde mas aprenden y menos paciencia les tenemos (irónicamente, cuando mas atención necesitan).
Me siento bien, que poco acostumbrado estoy a ésto pero que feliz me hace, es un milagro de esos que se nos pasan desapercibidos ante los ojos todos los días.
Como las madres que aman a sus hijos, o los perros que buscan un mimo entre la gente, como el niño que juega en la plaza con sus pares y las palomas que vuelan alto y hacen nido en las terrazas.
Un milagro como un gato tomando una siesta sobre un rayito de sol, como una radio a pilas cantando un tango de piazzolla o como una película en blanco y negro en un televisor de led.
Que lindo es delirar, que placer tan burdo y prohibído por tantos, hablar incoherencias que parecen tener tanto sentido y quizás lo tengan mas que nada en éste mundo.
Para no dejarlo tanto en el delirio, escribiendo algo mas serio, hace un par de días estaba enojado, me permití darle entidad a gente que no se la merece en mi vida y los odié. Les deseé la muerte muchas veces y esperaba realmente que murieran pronto.
Pero, ahora que lo pienso, ahora que pienso todo ésto me doy cuenta de que son odiosos, son odiados y repulsivos prescisamente por todo ésto.
Los odio porque no entienden y nunca van a entender los milagros cotidianos, los odio porque quisieron cortarme las alas con sus garras venenosas, no les alcanza con verte en el piso, necesitan pisarte. Los odio porque son los pajaros que nunca se animaron a salir al mundo y necesitan convertir a otros en una réplica de ellos mismos para no sentirse tan impotentes.
Es un odio vicseral, uno de esos que hace mal porque cuando pensas en ellos de verdad te cambia la cara y los querés ir a buscar.
Por mucho tiempo pensé que estaba mal odiar, que es un sentimiento dañino, "el inverso al amor", les prestás la misma atención, los tenés igual de presentes pero para nada positivo, actualmente pienso que el odio, si es el inverso al amor, es entonces tan necesario como éste.
Reitero, "Si nada nos salva de la muerte, que el amor nos salve de la vida" y agrego, "Si nada nos salva de la muerte, que el amor nos salve de la vida y que el odio nos salve de volvernos como ellos."
Odio muchas cosas, es un sentimiento mas, no uno que consuma mi vida. Así como amo muchas cosas, un sentimiento mas, no uno que consuma mi vida.
Hay cosas neutras, cosas que me gustan, cosas que no, etcs. La vida nunca es tan lineal.
Amo comer por ejemplo pero ODIO a las aceitúnas, con todo mi ser, cosas repulsivas que me dan náuseas.
No creo que esté mal odiar a las aceitúnas, de hecho creo que se lo merecen, cada loco con su tema.
En fin, ya me estoy yendo por las ramas, no había nada mas sobre lo que quisiera escribir, lo hice por amor al arte.
Los quiero, bueno a un par capáz que no, si te sentíste zarpado sos vos el que no quiero jajaja.
Adieu!
M.C.
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