Llevo meses reprimiendo las ganas de escribir o expresarme por cualquier medio por miedo a lastimar, a mi y a otros. Pero cuando uno reprime lo que siente nada bueno sale de eso y mas daño hace guardárselo adentro.
Tuve un sueño donde tenía una cicatriz enorme en la espalda y cuando me preguntaban que me había pasado contestaba que no me había pasado nada, la había elegido yo, me gustaban las cicatrices y más las que uno podía elegir.
Creo que representa mucho de lo que soy, llevo las marcas de todo lo que me ha pasado con orgullo, no oculto lo que soy ni lo que fuí, no pretendo cambiar mi pasado ni hacer otra cosa que enfrentar mi presente y mi futuro. Pero hay ciertos factores que últimamente me molestan, cuando mínimo me alteran. Parece que uno nunca termina de cortar a la gente de mierda de su vida, cuando pensabas que dejar un amigo atrás era algo entre él y vos resulta que ahora aparecen los "bandos" y le hacen elegir a la gente entre VOS o ÉL cuando aclaraste mil veces que es una actitud pedorra y que no la bancás.
Yo no puedo limitar a nadie, no me corresponde ni me interesa, si alguien no quiere compartir una mesa conmigo es problema suyo, yo comparto la mesa con cualquier amigo de mis amigos aunque lo deteste. Pero nada alcanza, si tomo esa postura también soy el enemigo: "Que fácil es decir si tenés algún problema lo charlamos, si tanto te molesta charlalo vos." No, no es así.
Yo no tengo ningún problema, mientras menos gente de mierda tenga en mi vida y en mi periferia mejor para mí. Pero si esa gente que alejé se mantiene cerca de mis círculos y los limitan, los obligan a elegir, yo no tengo nada mas que hablar con ellos, dudo poder hacerlos entrar en razón y los problemáticos siguen siendo los del otro lado. No deja de indignarme, no deja de molestarme pero no tengo un "problema" en particular con nadie. El que no me quiere ver, el que no me PUEDE ver, el que hace el ridículo cada vez que me ve no soy yo. Yo no me arruino un cumpleaños encerrado en una habitación porque en el comedor hay alguien que no me cae bien, yo no basureo a una persona huyendo de su prescencia frente a los que considero mis amigos, yo no soy así.
Pero aparentemente mas de uno sí y solo muestran la calidad de ser humano que resultaron ser, gente con la que no tengo nada mas que tratar y si llega la instancia en la que deba plantearlo cara a cara no se me caen los anillos ni me tiembla el pulso, afuera de mi vida con carta de invitación y todo.
Porque nunca voy a dar un paso atrás en decisiones que mejoren mi calidad de vida.
Como paréntesis trabajé sólo una semana entera y me espera casi un mes de lo mismo (o más) lo que representa un esfuerzo y un stress extra que no esperaba éste mes. Hacer un trabajo de dos yo sólo es agotador, en cuatro días atendi 478 personas, no sé como voy a pasar el resto del mes pero agradezco a Perón éstos cuatro días de finde y feriados, toda mi vida fuí igual, me pongo a la altura del desafío y después me pincho, por ende cuando vuelva mi compañero espero no morir de un ACV.
Suficientes cosas pasan en una guardia como para enfrentarlas y aguantarlas sin compañía pero si rescato algo es que sigue formándome el carácter a las piñas sin respiro.
Tener que ver familias enteras mientras se les muere el padre, el tío, el hermano, el abuelo y el dolor fluye con todo el llanto, los gritos y la escena lúgubre frente a tus ojos mientras solo pretendías hacerte un aire para fumar un pucho, no hay lugar a donde ir para descansar realmente en un hospital.
Cárguenme todo en la espalda que total aguanto, aguanto, aguanto, hasta que no aguanto mas y exploto o me caigo...
No puedo parar de pensar en la contradicción que me provoca el placer de hacer daño y la culpa de ver sufrir a una persona, el placer de ver sufrir a una persona y la culpa de que me provoque placer.
No se trata de algo físico, no es un sadismo donde inflingir dolor físico me exite ni nada por el estilo, es una de esas cosas que aparece adentro tuyo como un hambre que te consume y cuando le das de comer te pide mas, un miembro fantasma que no sabías controlar y ahora necesitás ejercitar.
Ser el artífice principal del sufrimiento psicológico o emocional de alguien te pone en un lugar disfrutable, quizás se relacione con una posición de poder, algo que todos disfrutamos.
Quizás sea una venganza mal direccionada contra los culpables de mi sufrimiento, no lo se.
Lo que sí se es que se genera una falta de empatía descomunal ante cualquier estímulo de sufrimiento ajeno. En lugar de intentar comprenderlos o ponerme en su lugar, se incrementa mi noción de que NO estoy en su lugar y me posiciona de manera superior desde donde no solo disfruto si no pretendo perpetuar y acrecentar lo sucedido en la medida de lo posible para mi entretenimiento.
Tan consciente soy de éste hecho que cuando sufro yo, no pretendo empatía de nadie porque no creo merecerla, me banco mis penas como puedo y si hacen felíz a otro no me ofende, siento que es recibir la paga con la misma moneda.
Sufro por todas esas relaciones que podrían haber sido algo de no destruir hasta el último dejo de esperanza y afecto entre ambos y al mismo tiempo el placer obtenido por dicha destrucción produjo un éxtasis como pocos he conocido.
Siento que no lo puedo evitar, como si fuera una droga destruyendo todo a su paso en el camino del placer hasta que no deja nada que sentir y nos mata por completo. Es una espada y pared entre experimentar el máximo placer posible a costa de no experimentar nada más o experimentar algo menor por mucho tiempo.
Hay experiencias de las que no se vuelve, todo después de ellas tiene el volumen bajo, carece de gusto, de emoción. Es un conquistador sin nuevas tierras que conquistar, un cazador ante su última presa, la perdida total del principio y el sentido que tiene nuestra acción.
Me gritan los sentidos que no destruya lo que tengo en frente, que puede ser algo lindo y duradero, que no merece sufrir lo que sufrí yo, tanto cariño podría incluso curarme, enderezarme, devolverme al camino del amor y de golpe JA! como si fuera posible, un corazón roto y una voluntad quebrada no tienen remedio, la soledad es mi única compañía y el placer es demasiado fuerte para dejarlo ir, asique ahí voy, con todo, saboreando cada momento mientras desaparece frente a mí lo que construímos juntos en éste tiempo. AH! El éxtasis! La emoción! Las lágrimas, el sufrimiento, la decepción! Todo por la borda! Se hunde el barco en plena sinfonía! y el silencio opacado por mi corazón que no para de latir emocionado, conmovido hasta la médula, vivo...hasta que el silencio se lo come todo nuevamente y solo quedo yo, Satisfecho, por ahora.
Tenía todo esto atragantado, la bronca contra los caretas que me acusan de careta a mí que mas sincero no podría ser con ellos, la bronca contra mi suerte laboral que me exige hasta el límite y entre todo eso abrazar lo que siento realmente que me pasa, como soy o como creo ser ya que soy distinto para cada uno que me conoce.
A veces siento que reprimo demasiado, todo ese odio, toda esa depresión, todo ese morbo, todo aquello que dejo salir cuando nadie me ve o en instancias muy íntimas, aprendí a fingir sonrisas y caras de buena onda para evitar dar las respuestas que me duelen.
Es irónico como aquellos que mas esperanza inspiran, mas amor generan y mas alegrías provocan son los que carecen de todo eso, los verdaderos muertos en vida.
Parece que lo mejor que uno puede dar es lo que le falta, una maldición irónica quizás o una forma de recuperarlo haciéndolo nacer en otros... Quien sabe...
Por ahora siento haber descargado bastante, hacía mucho que no escribía y si bien no es ni la mitad de lo que suelo escribir me sirve, me alcanza, por hoy. Mañana veremos, se me parte la cabeza y tengo sueño.
Adieu!
M.C.
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